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Historia

UNA INVITACIÓN AL FUTURO

El Departamento de Fútbol de Club Estudiantes ha establecido recientemente las bases de su nuevo proyecto integral, en cual describe la dinámica operativa de la disciplina en sus distintos niveles y responsabilidades. Esencialmente, el área congrega a deportistas desde la etapa infantil recreativa, comprendida entre los 5 y los 11 años de edad, hasta la conformación de las categorías superiores (Primera División y Reserva), cuyos cupos son habitados por jugadores promovidos desde el estrato intermedio, las instancias formativas, que reúnen a jugadores de entre 12 y 18 años.
Cada una de las escalas mencionadas posee características distintivas. En la Escuela de Fútbol, se estimula el juego libre, para que el refuerzo lúdico facilite la progresiva apropiación de aspectos esenciales del deporte, como la técnica, las tácticas y las reglas. Al evolucionar en la práctica y acumular tiempo de experiencia, el niño asimila la elaboración estratégica del juego, comprende y se ajusta al reglamento, dando espacio al desarrollo de habilidades aplicadas. Conforme

crece, el deportista no sólo avanza categorías, sino que, además, forja su rol como un atleta más completo, que interactúa con fluidez, se nutre de las relaciones sociales, reconoce la utilidad del club en su vida cotidiana, construye un genuino sentido de pertenencia para con la institución a la que representa, respeta a sus pares de otras disciplinas y se robustece merced a sus aportes, incorporando, a su vez, objetivos personales y deportivos superiores. El joven, en consecuencia, hace espejo en los jugadores del plantel mayor, al que aspira integrar alguna vez, y comprende, por sobre todas las cosas, que Estudiantes le ha brindado las herramientas necesarias para convertirle en una persona capaz de proyectar la filosofía del modelo en el que ha crecido hacia cualquier aspecto de su existencia, independientemente de que alcance o carezca de la oportunidad de convertirse en un futbolista profesional, sea en el CAE o en otra organización -logrando así llegar a la adultez con el respaldo de una formación que excede el mero ejercicio de una ocupación vinculada al deporte.

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LOS CIMIENTOS DEL ORGULLO

En el inicio mismo de la década de 1980, el primer equipo de Estudiantes alcanzó las finales del Torneo Regional, cuyo ganador accedería a la Primera División argentina. El elenco bataraz alcanzó dicha instancia tras coronarse ganador de la fase provincial del campeonato, pero, en la definición, la suerte le fue adversa, muchos factores se combinaron para que debiera afrontar los play-off con una alineación alternativa -dominada por jugadores juveniles-, y el ascenso, en conclusión, quedó en manos de su verdugo. No obstante, este antecedente inolvidable sembró la semilla que hoy cultivan los deportistas albinegros, quienes recientemente cesaron su participación en el Torneo Federal C, tercera categoría

de los campeonatos bajo conducción del Consejo Federal de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). El gran desempeño de este equipo en la instancia nacional (Torneo del Interior, Argentino C o Federal C, según se le conoció al campeonato al paso del tiempo), le ha significado revalidar su intervención en el certamen temporada tras temporada durante casi una década, logrando erigirse como un referente zonal de la categoría.
Al margen de la epopeya estudiantil en tiempos de los extintos torneos regionales, el prestigio que porta esta camiseta trasciende la bonanza de dicho proceso, pues, Estudiantes –con 36 títulos en su haber- es el máximo

ganador de la Liga de Fútbol de Olavarría (LFO), lo que le ha valido clasificar en gran cantidad de oportunidades a los Torneos del Interior, Argentino C y Federal C, según la denominación que la quinta división del fútbol argentino fue adoptando conforme cambiaron las modalidades de competencia. Sin lugar a duda, tal circunstancia le convierte en un permanente candidato a dar el salto hacia un estrato superior de la disciplina, por lo que año tras año, en tanto rueda la pelota, la ilusión vuelve a enfocarse en llagar aún más lejos. Mientras la meta respete al corazón, no habrá resultado que defraude al pueblo bataráz.

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